Todos somos políticos

Sigue cada día el lento goteo de los casos de corrupción. Cuando creiamos saturada nuestra capacidad de asombro, surge uno nuevo, otro implicado. Todos los partidos políticos e instituciones están invadidos por esta enfermedad. En la sociedad ha coajado la identificación entre políticos y corrupción. No sólo es España. En Italia su antiguo primer ministro elevó a la categoría de arte la utilización de los resortes del sistema en beneficio propio. En Egipto, el pais se desangra entre la inoperancia de políticos, únicamente ocupados en enfrenterse entre ellos, mientras el ejercito espera que el sistema se acabe pudriendo.

 

Parece dificil pensar que el político sea un especimen, un extraterrestre con caracterícticas propias. Podemos pensar que, dentro de la sociedad, aquella persona que quisiera enriquecerse o ambicionase poder se haría político.  Las múltiples excepciones que hagamos no invalidan la teoría. O quizá, por el contrario, que sea una cuestión de oportunidad. Cualquiera al que se le presentase la ocasión actuaría de forma igual. En España, Italia o Egipto  la posibilidad de alcanzar poder y dinero nos subyugarían a todos?. Quien da la respuesta?

Julio Verne y Pedro Ros

Julio Verne no estuvo nuca en Tombuctou, ni en muchos otros sitios que su mente recorrió. Así describe, en Cinco semanas en Globo, la  llegada de los viajeros a la ciudad  "dos horas después la reina del desierto, la misteriosa Tombuctú, que tuvo, como Atenas y Roma, sus escuelas de sabios y sus cátedras de filosofía, se des­plegó bajo las miradas de los viajeros".

 

Durante siglos esta ciudad se negó a las miradas occidentales. El imaginario colectivo la situo en el terreno de los mitos y la aventura. Las caravanas arribaban desde puntos lejanos tras atravesar un infernal desierto.  La Unesco la declaró patrimonio de la humanidad.

 

Hoy las tropas francesas han reconquistado la ciudad. Las milicias islámistas  han huido, no sin antes haber sembrado el terror,  provocando miles de desplazados,  han destruido una biblioteca con miles de textos, algunos preislamicos.

 

Muchos, como Verne, imaginaron Tombuctou. Unos pocos lograron visitarla, y regresar a sus hogares. Menos aún consiguieron residir allí. La mayoría salieron de la zona, cuando el fanatismo amenazó sus vidas.

 

Pedro Ros no ha sido uno de ellos. Este economista barcelones de 77 años, hace seis que inció una nueva vida. Se instaló en Segou, muy cerca de Tombuctou, se casó y tiene un niño de dos años. Y todo el tiempo del mundo. Ahora es el único blanco de la zona. Cuando la embajada le conmina a marcharse, el responde que en algún sitio hay que morir. Julio Verne y Pedro Ros, dos formas de realizar sueños.

POLITICOS Y RATAS

Cuando los barcos comienzan a hacer agua, las ratas los abandonan. ¡Salvese quien pueda! es la consigna. Se supone que el capitán será el último, aunque visto lo del crucero Costa Concordia, no se. También se suelen quedar los idealistas, algún altruista y unos pocos concienciados que intentan reflotar el barco.

 

En la situación económica actual ocurre lo mismo. Los ricos que pueden hacen emigrar a su dinero a bancos  extranjeros. Algunos políticos tapan su incompetencia con huidas hacia adelante en forma soberanista. La bandera, una simple tela coloreada, se coloca delante de los ojos del recien empobrecido pueblo.

 

Coinciden las declaraciones de convocatoria de referendums en Cataluña y Reino Unido. Propugnan la libertad que les daría no encontrarse dentro de sus comunidades actuales, España y Europa respectivamente. Mientras los catalanes enseñan a la televisión carteles con "Cataluña estado de Europa", los ingleses muestran carteles de "I,m english not european". Políticos profesionales manipulan sentimientos: nuestra idílica patria nos salvará. La politica global, la macroeconomía no esta en la mente de ese obrero en paro, que se enardece con el color de la camiseta de una selección de futbol, o con una bandera, colocada por las ratas de sus políticos.

PARO

Primera entrada de mi blog. Pretendo hablar sobre el mundo que veo y como lo veo. Por el mundo por mi mundo. Habitamos en él, y lo que vemos lo tamizamos con nuestra mirada. De la ingente información diaria, escogeré lo que me produzca sensación o sentimiento, ilusión o desazon, alegria o desconsuelo. Lo que haya despertado la curiosidad, que siempre me acompaña.

 

Hace meses una noticia me hizo soñar. Se había descubierto que la Isla Sandy, que figuraba en los atlas, que aparecía en google maps, no existía. Lo corroboró una expedición. Una isla imaginaria, como la del tesoro, la del Dr. Moureau, la de Robinson Crusoe. Evocador.

 

Pero llego la última estadística del paro. Casi 6.000.000. Un 26 % de la población activa, el 35 % en Andalucía. Estas grandes cifras, se agravan más al acercarnos a lo particular: de todos 3.500.000 son parados de larga duracción; el 55 % de  los jovenes. En muchos hogares no trabaja ninguno de sus miembros.

 

El escenario en que nos movemos es desolador. El mayor empleador del pais, la administración pública está sobredimensionada y debe adelgazar. La construcción, motor en años pasados del crecimiento, tien por delante años de atonía. La falta de dinero en circulación por la restricción crediticia, impide el consumo, la inversión y la creación de empleo.

 

Ya ha comenzado el éxodo al extranjero de muchos españoles. Ahora se van los más capacitados. Los ganan los paises de acogida y los pierde el futuro de este pais. Se va la creatividad, el ímpetu, la formación que hemos pagado entre todos. Los menos preparados, los parados de más de cincuenta años, se enfrentan a un drama que posiblemente ocupe el resto de sus vidas.

 

Y nadie, en España, en Europa, en el conjunto de la economía mundial tiene la llave de la solución.