jueves, 31 de enero de 2013

Todos somos políticos

Sigue cada día el lento goteo de los casos de corrupción. Cuando creiamos saturada nuestra capacidad de asombro, surge uno nuevo, otro implicado. Todos los partidos políticos e instituciones están invadidos por esta enfermedad. En la sociedad ha coajado la identificación entre políticos y corrupción. No sólo es España. En Italia su antiguo primer ministro elevó a la categoría de arte la utilización de los resortes del sistema en beneficio propio. En Egipto, el pais se desangra entre la inoperancia de políticos, únicamente ocupados en enfrenterse entre ellos, mientras el ejercito espera que el sistema se acabe pudriendo.
 
Parece dificil pensar que el político sea un especimen, un extraterrestre con caracterícticas propias. Podemos pensar que, dentro de la sociedad, aquella persona que quisiera enriquecerse o ambicionase poder se haría político.  Las múltiples excepciones que hagamos no invalidan la teoría. O quizá, por el contrario, que sea una cuestión de oportunidad. Cualquiera al que se le presentase la ocasión actuaría de forma igual. En España, Italia o Egipto  la posibilidad de alcanzar poder y dinero nos subyugarían a todos?. Quien da la respuesta?

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