martes, 5 de febrero de 2013

Clases de dinero

"Yo digo que hay tres clases de dinero y ninguno tuyo. Esta el que tu ganas que es de tu casa, de tu familia, despues de las empresas a las que perteneces, que es de tus socios y de los trabajadores, y luego está el que manejan los cargos públicos que es de todos los ciudadanos". El alcalde del pequeño pueblo respondía  al periodista, mientras se sacudía el barro que había quedado pegado a los pantalones, y se ajustaba la camisa. Cada navidad el alcalde visitaba a la mayoría de sus quinientos vecinos en sus casas, algún año incluso regalaba una pequeña maceta a las señoras. Con la misma franqueza  que respondía al periodista que todos los políticos no son corruptos.
 
"Yo no me he lucrado nunca con la política, todas las informaciones que están circulando sobre mi son falsas y lo probaré". Así respondía al periodista el político que estos días venia apareciendo en todas las noticias, y continuaba diciendo que había accedido a la entrevista para salvaguardar su honor. El periodista lamentaba en ese momento que el fuera reportero de un periodico, y no de télevisión para que la cámara captara la mirada esquiva, los gestos con las manos, y los apresurados vistazos que daba al rolex. Con una sonrisa forzada se despidió para dirigirse al aeropuerto.
 
Pocas horas después en la convención del partido se saludaban  el alcalde del pequeño pueblo y el político que aparecía en las noticias. El dirigente del partido hablaba en cinco minutos, y ambos sabían lo que diría. Debía forjar un discurso que contentara a todos, para mantener esa unidad cada vez más endeble que necesitaba el mantenimiento del poder. Se sentaron en dos sillas contiguas, trás ese saludo, cada uno se sumergió en un mundo distinto, sobre el que planeaba la sombra del dinero ajeno.

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