Aquella noche estaba dispuesto a triunfar. Había pasado un largo rato mirando el armario sin decidirse por la ropa que iba a vestir. Total, tampoco había mucho donde elegir. Cuando acabó de ducharse también estuvo un tiempo observándose en el espejo. Lo de la barriga no tenía solución, intentaría mejorarlo en el futuro. Con la calva había ido mejor, ya no sería un hombre de mediana edad calvo, se había rapado el pelo entero, y pensaba que se daba un aire al entrenador del Barcelona. Se echo desodorante con satisfacción y a la mente le vino el anuncio de la televisión, donde la chica miraba con aire incitante al protagonista. Esbozó una sonrisa con el último vistazo al espejo y salió a la calle.
Al subirse al coche volvió a repasar por última vez todos los preparativos. Recordó las palabras que no quería se le olvidara decir. En el bolsillo llevaba ese pequeño pero gracioso regalo, y la foto.
Todavía era temprano, y había poca gente cuando entro al bar. Acodado en la barra volvió a mirar esa única foto que tenía de ella. Desde hacía seis meses habían pasado muchas horas de conversación en internet, pero sólo tenía aquella imagen de su cara sonriente. Mil veces había imaginado como sería el resto de su cuerpo, se había planteado si la foto sería actual o incluso si sería suya. Ahora que faltaban unos pocos minutos para la hora en que se encontrarían un súbito temor empezó a apoderarse de él. Notaba como las manos le sudaban y con un movimiento nervioso derramó su bebida.
De repente le sonó el móvil, era ella. Con voz afligida le dijo que tampoco podría ir esa noche, que un problema familiar de última hora se lo impedía, pero que en un rato se conectaría y podrían volver a hablar. Intentó que no se notara la sensación de alivio que sentía en ese momento, y le dijo que se encontraba desolado. De regreso a casa encendió el ordenador, la pantalla iluminada le mostró la imagen de la cara sonriente de ella, aquí le parecía más real, más guapa. Ella estaba también muy animada, a pesar de no haberse podido ver esta noche, le dijo que no se preocupara, sería el sábado siguiente ... o el otro.
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