miércoles, 6 de febrero de 2013

Supervivientes

Con el transcurso del tiempo todos somos supervivientes. Aunque algunos tienen sus momentos de gloria. El navegante español Javier Sansó, cuando daba la vuelta al mundo en solitario, trás un fuerte golpe en el barco, cayó al agua en mitad del atlántico. Sólo provisto de unos pantalones de agua y una camiseta, la muerte por hipotermia hubiera sido su destino más normal. Siguió con la vista al barco, y cuando vió que volcaba nadó y logró izarse a una barca salvavidas. Se sobrepuso al terror de los primeros momentos, y a las doce horas fue rescatado.
 
Tan satisfecho como Sansó debe estar Fidel Castro. Con pinta de jubilado al que los familiares han sacado de la Residencia un domingo a pasear, acude a votar. Lo hace por la lista única de su partido, sabiendo que no existe margen a la sorpresa. Aprovecha la ocasión para arremetar contra los americanos, que en cincuenta años no ha logrado desalojarlo del poder. Ha sobrevivido no sólo al imperio, sino a la marea de la historia.
 
Unos niños en Mali, alzan en alto sus pizarras. 6 + 4, 2 + 2, fáciles sumas, algunas tachadas y corregidas. Son sus cuadernos reutilizables que enseñan con orgullo al fotografo. Han sobrevivido al terror yihadista trás la toma de Gao por los franceses. Hoy es el primer día de clase, trás el oscurantismo de los islamistas.
 
Las supervivencia es el acto de cada día. La gesta, no nos hace inmortales, pero nos hace compartir un instante con los dioses.
 
 

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